04 Ago El pie valgo: Una patología que sólo tiene cura durante la infancia
En este articulo te contaremos todo sobre el Pie Valgo en niños, una patología cada vez más frecuente durante la infancia y que preocupa a los padres. Es una enfermedad que a veces es difícil de detectar por eso queremos daros unas pautas para tratarlo a tiempo.
¿Qué es el pie valgo?
El pie valgo es una patología congénita en la cual los talones del niño se tornan hacia afuera y las puntas de los pies hacia adentro.
Es necesario y fundamental prestar la debida atención al pie del niño desde temprana edad, en la mayor parte de los casos es ya en la edad adulta cuando se le presta la atención requerida debido a dolores o molestias que aparecen de repente y existe el riesgo de que estas se hayan convertido en un problema para siempre por no prevenirlas o curar las patologías que las provocan a su debido tiempo.
Causas
El arco longitudinal medial del pie normalmente se desarrolla a la edad de 5 o 6 años a medida que la almohadilla de grasa en los bebés se absorbe gradualmente y su equilibrio mejora a medida que adquieren movimientos hábiles.
Sin embargo, en algunos niños, el arco no se desarrolla, lo que puede ser el resultado de la tensión en los músculos de la pierna, la laxitud en el tendón de Aquiles o la mala estabilidad del núcleo en otras partes del aparato locomotor, como alrededor de las caderas.
Si esta patología no es tratada a su debido tiempo, el niño podrá adoptar de por vida una postura con las piernas en forma de X, denominada Genu valgo (talones separados y las rodillas juntas).
Al tratarse de un problema postural adoptado por el niño, podrá padecer otras enfermedades durante el crecimiento como la desviación anormal de su columna vertebral, problemas de cadera, deterioro de los meniscos y también interferir en el desarrollo normal del crecimiento óseo y muscular.
Por lo tanto, para garantizar una correcta salud podal durante el crecimiento, se debe acudir al podólogo.
Principales síntomas
El pie valgo, a menudo no es fácil de detectar, en otros casos su detección es muy visual e intuitiva, por este motivo debe ser diagnosticado por un especialista con experiencia, aun así queremos detallaros algunos de los síntomas más importantes que os ayudarán a reconocerlo con mayor facilidad.
Quienes padecen del pie valgo también son pronadores, esto quiere decir que la dirección de su pisada es hacia la parte interna del talón. Por este motivo, se puede observar que sus zapatos se desgastan de ese lado.
Suele ser frecuente que desde temprana edad pueda caerse o tropezarse así mismo sin motivo aparente para que eso ocurra, ambos pies al invadir el eje central del cuerpo procuran muy poca estabilidad fomentando la pérdida de equilibrio y una mala psicomotricidad.
Cuando el niño está de pie, la apariencia es que tiene un pie plano con los tobillos caídos hacia adentro y los dedos gordos del pie también girados en la misma dirección, sin embargo, cuando está sentado o acostado, el arco interno del pie está elevado y parece normal, esto lo diferencia de un pie plano.
El pie valgo si no se trata puede generar con el paso del tiempo deformidades tales como juanetes o dedos en forma de garra porque ejerce una carga descompensada en el pie, también ocasiona una pérdida de amortiguación al caminar, es frecuente además de lo anteriormente mencionado, que sufran asiduamente fatiga al caminar y correr con la sensación de pies “siempre cansados”, si el niño practica también algún deporte, es frecuente que padezcan dolores tales como molestias en los talones, las rodillas y las espinillas.
Si observamos estas señales ¡algo no va bien!, por lo que recomendamos acudir al especialista lo antes posible, donde se estudiará cada caso de forma personalizada realizando una exploración física completa y un estudio de pisada biomecánico digital que nos ofrecerá datos concretos sobre el estado actual de ambos pies, caderas y aparato locomotor. Realizando un diagnóstico preciso se pautará el tratamiento más adecuado para nuestro hijo/a.
Tratamiento
Como comentábamos en el apartado anterior, gracias a la tecnología digital que poseemos en la actualidad, el pie valgo se puede diagnosticar de un modo precoz desde los 3 años de edad y podrá solucionarse por completo con la utilización y seguimiento de un tratamiento adecuado pautado por su podólogo.
Solo así puede corregirse de un modo definitivo y sin dejar secuelas de malas posturas y deformaciones de la pisada que se padecerán en la edad adulta por no haber sido corregido a tiempo.
¡Cuanto antes mejor!, ya que su corrección se realizará más fácilmente y sin molestias debido a la gran elasticidad y capacidad de recolocación que poseen los músculos, tendones y articulaciones durante la infancia.
El tratamiento personalizado con plantillas a medida diseñadas con tecnología avanzada de última generación , son a día de hoy los mejores tratamientos disponibles. Además de ser una solución definitiva al problema es un método cómodo de usar, preciso en su fabricación y seguro en la corrección del valguismo.
Y no podemos olvidarnos del uso de un calzado adecuado que también contribuirá a mejorar los síntomas, la comodidad, el bienestar del niño y garantizar la salud de sus pies.
Recomendación de calzado
El calzado es una pieza fundamental en la corrección del valguismo puesto que tanto nuestro pie como el tratamiento corrector pautado funcionan permanentemente dentro de él, por lo tanto, condiciona la postura y la marcha.
Las características más importantes que debe de tener un calzado infantil para para ayudar a la corrección del pie valgo son:
Un contrafuerte rígido, esta característica es fundamental para conseguir una correcta estabilización del talón y articulación astrágalo escafoidea y así eliminar el exceso de tensión del tendón tibial posterior para que junto con la acción del Estabilizador de pisada el pie permanezca erguido y relajado.
Es muy importante escoger la talla correcta, no es favorable que el calzado quede grande, esto no ayudará a la estabilidad que estamos buscando y se podrán producir movimientos del pie durante la marcha o carrera indeseados para la corrección de esta patología, un calzado bien ajustado (no pequeño), nos facilitará el trabajo y procurará más confort y calidad de vida al niño.
La suela del calzado debe de ser estable de un material semi rígido, esto proporcionará estabilidad y descanso a músculos y articulaciones.
Se debe utilizar siempre un calzado con cordones o tiras de velcro para conseguir una buena sujeción de las articulaciones del tarso y tejido blando, ayudará a crear una buena sinergia entre los tres elementos protagonistas: Pie, Estabilizador de pisada y calzado, además evitaremos posibles lesiones y molestias con un aumento general del rendimiento del niño/a.
Esperamos que este articulo os haya servido de ayuda. ¡ Si tienes cualquier consulta podéis dejarnos un comentario!